SEMIDIOSES

 

Después que se fuera el señor que corta el pasto, llegó una cédula de notificación judicial corrigiendo mi régimen de visitas y ahora si, en una resolución digna de míticos semidioses,  se me reconoce “mi derecho a la igualdad ante la ley”  mediante una corta resolución que dice:  “Que asiste razón al abogado defensor en cuanto hace referencia que esta sede judicial en casos análogos no restringe las visitas solo a familiares directos, por ello, y en atención al principio de igualdad ante la ley invocado corresponde disponer que en cuanto a las restricciones impuestas el “punto D”. El mismo quedara redactado de la siguiente manera; “d. en cuanto al régimen de visitas el mismo se limitará a las estrictamente familiares cercanos al imputado, y para el caso que no lo sean, se restringe su número a tres (3) personas en horas de la tarde, entre las 16:00hs. y las 20:00hs. y solo dos veces por semana.”

 

IGUALDAD?

 

Todo muy bien, pero y quien repone estos 50 días en los que me sometieron a la DESIGUALDAD ante la ley? Así me privaron ilegalmente de recibir por tiempo ilimitado a familiares cercanos.  De  CATORCE días de visitas de amigos por un total de CINCUENTA Y SEIS horas. Como en el caso del corta pasto nada les puedo reclamar. Al primero por respeto a su esfuerzo y a los segundos porque me privaron de todo derecho. Como me hubiera gustado tener los mismos “principios de  igualdad”  que los narcotraficantes, violadores y asesinos. Me hace sentir un verdadero  tonto el haberme esforzado sin límite de horarios, para servir y proteger a gente que traté pero que nunca llegué conocer. No renegaré de ello, cada uno es como puede ser. Yo tuve capacidad para enfrentar  riesgos, pero no la ley. Frenos inhibitorios me lo impedían.

 

DESCONCIERTO

 

Más allá del  desconcierto que me provoca  la afirmación judicial, de que para mí rige el principio de igualdad ante la Ley, esta confusión aumenta exponencialmente debido a que:

Careciendo de abogado defensor, a fines de noviembre de 2015 solicité por derecho propio mi prisión domiciliaria, al juez subrogante de ese momento, ALEJO RAMOS PADILLA.                                                                                    

Luego de la larga espera de 4 meses, a  fines de marzo de este año, me negó la misma la juez subrogante de ese momento, MIRTA SUSANA FILIPUZZI, luego que su antecesora la juez subrogante de ese momento, MARIA GABRIELA MARRON se fuera con un año y medio de licencia, dejando sin firmar la tan esperada resolución.                                                                                                                          

Cuando en apelación me la concediera la Cámara, la hizo efectiva, con severísimas restricciones, a principios de mayo, el juez subrogante de ese momento, HECTOR PLOU.                                                             

Hoy levanta las mismas, desde la ciudad de Viedma, Capital de la Provincia de Rio Negro,  la juez subrogante de este momento, MIRTA SUSANA FILIPUZZI, quien antes me negara la prisión domiciliaria. Siete meses y tantos jueces en una misma y simple resolución, no justifican mi desconcierto?