Análisis
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QUINCE - LA PRISIÓN PREVENTIVA DICE:
“Respecto de Julio Alberto BERARDI, se tratará aquí lo atinente a
su segunda detención, ocurrida el 21/04/76 en Médanos, oportunidad en que
fue secuestrado por personal de la Policía de la provincia de Buenos Aires, y
al día siguiente, trasladado a Bahía Blanca en una camioneta del ejército;
siendo llevado en un primer momento al Comando Radioeléctrico, y después
a la Comisaría Segunda de la Policía de la provincia de Buenos Aires, donde
le informaron que estaba a disposición de Fermín Américo ARMESTO, quién
en ese entonces era Comisario Inspector Segundo de la Unidad Regional V
de la Policía de la provincia de Buenos Aires“.
YO DIGO
Si como dice, lo detuvo la policía de Médanos, que tengo que ver yo?
Si como dice, lo trasladaron en una camioneta de ejército, que tengo que ver yo?
Si como dice, lo llevaron a Comando Radioeléctrico, que tengo que ver yo?
Si como dice, lo llevaron a la Comisaría Segunda, que tengo que ver yo?
Si como dice, quedó a disposición del Segundo Jefe Regional Comisario Inspector Fermín Armesto, que tengo que ver yo?
REALMENTE NO ENTIENDO A ESTA “JUSTICIA“, Y MUCHO MENOS ESTE SANGRIENTO ESCARNIO DEL CUAL SOY OBJETO. YO ERA OFICIAL INSPECTOR Y NADIE ME NOMBRA PARA NADA. ESTO MAS ALLÁ DE LO DICHO EN MI “DECLARACIÓN INDAGATORIA” DEL 22 DE DICIEMBRE DE 2014, DONDE SE IMPONE LA LÓGICA Y SE PUEDE VER QUE “EL RELATO” NO CONCUERDA CON LA REALIDAD DE LOS AÑOS 70.
“Pasando finalmente a Julio Alberto BERARDI, diré ante todo que no lo conozco, que no supe de su existencia ni del hecho que denuncia. No tendría que inmiscuirme judicialmente declarando sobre el Comando Radioeléctrico en el que –reitero una vez más- no presté servicio, pero callar sería egoísta y deshonesto de mi parte. Cuando dice “nos trasladaron a Bahia
Blanca en una camioneta de Ejercito. En un primer momento fue llevado al Comando Radioeléctrico y posteriormente a la Comisaría Segunda” sería interesante preguntarle, lo cual seguramente no se hizo: si ingresaron a la Unidad Regional o estuvieron detenidos en el interior del vehículo militar en la calzada. No creo en absoluto que por razones de seguridad de la época, en donde se utilizaban engaños y disfraces militares o de policías o de curas, o de embarazadas, coches de bebés, bombas, etc. para perpetrar atentados, hubieran dejado ingresar ni vehículos ni presuntos detenidos de otras fuerzas a la Unidad Regional, dependencia que como ya lo dije, no tenía calabozos ni zona de seguridad alguna para contener detenidos. Este apuntamiento reiterado a lo que era la jefatura regional, me da la idea de un relato contemporáneo hecho por gente joven, que no refleja la realidad de cómo se vivía y eran las costumbres y las conductas de seguridad de la época de los 70. Por eso este tipo de testigos acusan con relatos imposibles, y allí completamos un círculo vicioso que hace que cuando yo lo destaco y señalo por burdas las inconsistencias de un relato, se considere que lo mío son nada más que mentiras carentes de valor y no se me escuche, lo cual me produce fuerte sentimiento de impotencia y frustración. No hay razonamiento ni lógica
alguna que valga. En esa época ni el militar VALERO, que estuvo como interventor a cargo de la Unidad Regional un tiempo, entraba a la misma con su automóvil. Recuerdo haberlo visto ingresar varias veces, previo llamar al portero eléctrico, caminando, llevando en su mano izquierda una ametralladora y documentación en su mano derecha. El auto quedaba con su chofer en la calle durante horas. De más está decir que guardo un buen recuerdo de su persona ya que demostró ser un hombre justo. El cuidado y celo que había en las dependencias policiales y militares muchas veces hacía que lamentablemente se produjeran “accidentes” fatales. Como ejemplo podría citar a una pareja en ésa, que saliendo de un hotel alojamiento que hay frente al Cuerpo de Ejército, equivocó el camino y dobló hacia la guardia en vez de seguir derecho por calle Florida. Creo que a consecuencia de los disparos murieron ambos. A mí mismo y personal, nos dispararon una noche que pinchamos una cubierta con un clavo “Miguelito” en la vía pública, frente al perímetro de la Base Naval y quisimos detenernos a cambiarla. De más está decir que tuvimos que alejarnos a toda prisa destruyendo totalmente la cubierta desinflada. Podría relatar otros hechos similares pero los dejaré de lado para no extenderme. Sí diré que eran tiempos muy difíciles en donde nadie confiaba en nadie. Los descuidos se pagaban caro. Un ejemplo es la bomba vietnamita colocada a la Policía Federal el 2 de julio de 1976 por un infiltrado de la fuerza, en donde murieron nada más y nada menos que 23 policías y un civil que se encontraba de visita, mientras que 66 policías más resultaron gravemente heridos. También puedo mencionar las dos bombas colocadas en el despacho del subjefe de nuestra policía en noviembre de ese mismo año, en donde hubo graves heridos y tres o más muertos. En la década del 70 hubo 4.380 atentados con bombas pese a que ahora se quiera negar o no se quiera recordar. Me llama la atención cuando dice “en un primer momento fue llevado al Comando Radioeléctrico”. Este elemento –y digo elemento ya que no se puede decir dependencia- utilizaba dentro de la Unidad Regional, una o dos oficinas, un comedor cocina, y creo que un dormitorio o un cambiador para el personal, compartiendo los baños generales del personal de la Unidad Regional. No había un solo letrero que dijera “Comando Radioeléctrico”. Eso sí, BERARDI nos dice que lo llevaron al Comando Radioeléctrico. Realmente me sorprende considerando que en la Unidad Regional había aproximadamente unas 17 oficinas. ¿No podría haber dicho que estuvo en alguna de ellas? Reitero que solicito una inspección ocular. También pregunto que si BERARDI estuvo frente a la Unidad Regional, como seguramente creo debe haber estado, o aún más, pese a lo
ilógico, imposible y no creíble, supongamos que estuvo en el Comando Radioeléctrico como dice, ¿qué tengo que ver yo con esa circunstancia?
Reafirma mi convicción de que no ocurrió ese 21 de abril de 1976 lo que denuncia BERARDI, los diez policías que fueron asesinados en la provincia de Buenos Aires durante los primeros veinte días de ese mes. O sea, uno cada dos días, entre los que destaco el del Comisario Inspector Anselmo Linardi y su acompañante el Cabo Merli ocurrido en La Matanza. También el ataque armado a la Comisaría de Carapachay ocurrido el día 18 o sea 3 días antes de lo relatado por él. Todo esto aparte de otros atentados y hechos perpetrados a diferentes objetivos a lo largo y ancho del país, en los primeros 20 días de ese mes, son motivos más que sobrados para que seguramente existiera en ese momento un alerta máxima en la Unidad Regional V y su jurisdicción, con el con el consiguiente blindaje de las dependencias. ¿Se tienen en cuenta las garitas de hormigón que habia en toda dependencia policial, posteriormente demolidas? ¿se recuerdan los imaginarias con armas largas que ocupaban las mismas? Estos llevaban una coraza azul muy grande y pesada por lo que a mediados de los años 80 se los apodaba “Tortugas Ninjas”. Les aseguro que estas cosas no son relato. Es una verdad y existió. Si se diera lo que yo digo, es decir que BERARDI solo estuvo en un vehículo militar frente a la Unidad Regional, ¿qué podemos decir en mi caso?
Yo durante este año pasado y el anterior, en diferentes viajes a esa ciudad he estado estacionado frente a la Fiscalía Federal, al Tribunal Federal, a los tribunales ordinarios, a la Municipalidad, a la Direccion de Tránsito, a la Catedral, a la Aduana y al Banco Provincia, sin embargo no fui a ninguno de sos lugares. Con respecto a Fermín ARMESTO, me parece que hay un error cuando dice que era segundo jefe regional, ya que se contradice con lo que figura dentro de la misma causa judicial. Por último, quiero dejar expresa constancia de que solicito un careo con cada uno de los cinco denunciantes
de la presente.