top of page

El Aníbal Fernández de Macri

Una fecha que nos exige más reflexión

Por Claudio Avruj

 

Hay fechas emblemáticas porque encierran hechos que marcan cambios radicales en nuestras vidas, individualmente y como sociedad. El 24 de marzo conmemoraremos 40 años del más dramático golpe de Estado que sufrió nuestro país, que instauró una serie de gobiernos que violaron todos los derechos y garantías, en un plan sistemático llevado a cabo por la Fuerzas Armadas con complicidades civiles que buscó el aniquilamiento de toda oposición, disenso, todo pensamiento crítico, materializado en detenciones ilegales, torturas, asesinatos, robos de bebes nacidos en cautiverio y la desaparición de personas por cuyo paradero se sigue reclamando.

Debe ser recordado como la afrenta más grave hacia el Estado de Derecho y la juridicidad. Un golpe de Estado que se torna más cruento, más doloroso porque desestabilizó el sentido común: quien está destinado a cuidarnos, proteger nuestros derechos, se convirtió en un delincuente que torturó y asesinó en forma clandestina, callando y ocultando. Cómo bien supo decir Ricardo Gil Lavedra: "Una ruptura absoluta entre el bien y el mal, entre lo lícito y lo ilícito".

 

Aprender las lecciones de la historia exige más que un acto de recordación. Es recordar a las víctimas y repudiar y castigar a los victimarios. Es reconocer la lucha de las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo y de muchos otros organismos de derechos humanos; reclama comprometerse con el fortalecimiento del sistema democrático, con el apego a la ley, rechazo a la violencia, el libre debate de ideas, respeto a las diferencias. Tener un compromiso ético implica defender esos principios, educar a las nuevas generaciones, construir una sociedad más justa y fraterna donde nunca más se violen derechos humanos y nunca más existan terrorismo, violencia institucional y totalitarismo, donde desenterremos la impunidad.

Se nos impone recordar, homenajear y reflexionar. Santiago Kovadloff reflexiona: "La humanidad y el hombre corren riesgo de extinguirse". En 1994, nuestra Constitución nacional incorporó la jerarquía constitucional de una serie de tratados internacionales de derechos humanos. El ex presidente Raúl Alfonsín, impulsor de la reforma, expresó en ese entonces: "Éste es sin duda uno de los aportes más valiosos a la profundización de nuestra democracia. La justificación del propio sistema democrático radica en ser el medio más idóneo para la protección y promoción de estos derechos inalienables y de la dignidad humana".

 

Debemos pensar los derechos humanos y la democracia como mecanismos de resolución de conflictos y de acceso a la justicia, como herramientas de defensa de los más débiles. Deben ser pilares y ejes de una política integral de cambio cultural.

A 40 años del golpe se nos impone superar las diferencias y trabajar todos juntos en la construcción de una sociedad pacifica, apegada a la ley. La democracia es una tarea siempre inconclusa y debe ser defendida constantemente.

 

La democracia es sobre todo vida, libertad y justicia. Ésta es la lección suprema que debemos aprender en este aniversario.

 

 

El autor es secretario de Derechos Humanos de la Nación

 

Artículo publicado en el diario La Nación.

Mirar sin ver

Por Fabian Kussman

 

Las comparaciones son odiosas, pero somos pendencieros humanos que buscamos patrones y similitudes. Messi es lo más parecido a Maradona que hemos visto. Al leer la magia de Onetti saboreo la fresca influencia de Faulkner.

Los periodistas militantes argentinos caminan en puntas de pie con el mismo ritmo que lo hacen guiados por ideología y conveniencia los analistas del canal Fox americano.

En cuanto a elemento de distracción, desconocimiento (o tergiversación del conocimiento) o muralla contenedora de choque, Claudio Avruj -quien será recordado como un más que misterioso secretario de derechos humanos de la nación- es el personaje oscuro que pareciera todos los gobiernos necesitan tener. Como Aníbal Fernández durante el gobierno kirchnerista.

Sostiene Avruj que el golpe de estado de 1976 fue el más dramático que afectó al país. Aquellos que lo vivieron y hoy lo recuerdan, los bombardeos sobre la Plaza de Mayo del año 1955 fueron más dramáticos. Otros verán un escenario tragicómico en la historia de nuestro país. En cada uno de los golpes de estado.  En cada una de las apretadas forzosas que han soportado los gobiernos. De todas maneras, se pueden debatir los resultados de las post historias de los golpes. Un golpe de estado de un país que vivía en el caos de esos ataques terroristas que tanto escandalizan al mundo y que compatriotas como Avruj considera acciones de héroes.  De un decadente ambiente político en el que los conocidos Balbín y Manrique golpearon los portones de los cuarteles militares. De un Partido Comunista que apoyó ese movimiento contra un espantoso gobierno democrático pero democrático al fin y que muchos maravillosos jóvenes que respetaban cuando asesinaban -hoy tan respetados por Avruj- veían como una dictadura del proletariado tan necesario.

De todas maneras, el gobierno de facto no fue un gobierno elegido en las urnas. Si lo fue la administración de Néstor y Cristina Kirchner quienes si cometieron una afrenta grave hacia el estado de derecho que hasta nuestros días pisotea la Constitución Nacional. Como bien supo decir Julio Cesar Strassera: “Esta gente ha hecho en un gobierno democrático cosas que no se animó a hacer la dictadura”. “Este es un gobierno de ladrones”

Si aprender lecciones de la historia es recordar a las víctimas y castigar a los victimarios, hay que recordar las fabricaciones, circos romanos y torturas que sufren los Presos Políticos Argentinos durante el reinado de Avruj al frente de una organización de derechos humanos.

Si se nos impone recordar, homenajear y reflexionar, Platón reflexiona: “La obra maestra de la injusticia y parecer ser justo sin serlo” algo para lo cual Avruj pretende haber sido construido pero que es muy ineficaz para convencernos. La Constitución incorporó una serie de tratados internacionales. ¿Si esto es así, cuando se llega al punto de ser aplicados a un ex uniformado, por qué no se hace? ¿No es esto el vergonzoso intento de manipulación de un sujeto-herramienta para ser aplaudido por los fanáticos?

Los derechos humanos y la democracia son instrumentos de defensa de los más débiles. Tal vez no tanto si se trata de ancianos enfermos y hacinados dentro de una penitenciaria federal.

Durante el viaje del presidente norteamericano Barack Obama a Cuba, un periodista le preguntó a Raúl Castro por qué tenía presos políticos. Como fiel gobernador de un país totalitario denegó tener esa categoría de reos. La misma respuesta saldrá de los labios de un representante de los derechos humanos argentino.

Ayer Alfonsín decía -con gran demagogia- que con la democracia se come…

Hoy Avruj afirma que la democracia es vida, libertad y justicia. Otro de los tantos slogans baratos para burlarse de los que son abusados por la justicia, los que son privados ilegalmente de la libertad y que -a pasos de perder la vida- sufren por la calidad de esta.

bottom of page