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Breves líneas a

Mariel Fernández de 7 años

 

 

Querida Mariel:

 

El 19 de agosto de 2015, con otros prisioneros con los que comparto espacio en la Unidad Penal Federal 31 de la localidad de Ezeiza te escuchamos en la conversación que tuviste con mi hijo Fabián, días antes. Como dijo él sobre lo que se produjo en el estudio de Orlando, aquí también nos unió un silencio que no pudimos quebrar. En lo personal te diré que  en tu voz  escuché a la niña de 7 años y percibí tus sentimientos de profundo dolor y desesperación. Te imaginé, a pesar de no haberte visto nunca, en ese fatídico lugar, el día que nunca debió existir. Indefensa ante la crueldad de ciertos seres, que se dicen humanos,  me invadió la impotencia por no poder asistir a un compañero de azul y a su hija.  Por no tener los medios para hacer retroceder el tiempo y cambiar tu destino de niña, como es tan común de ver en las películas Disney, algunas de las cuales seguramente habrás compartido con tus padres.

Muchas veces me pregunté a lo largo de los años como policía, y aún hoy lo hago, que misterio rige el destino de las personas y el porque de la existencia de los depredadores, que también en algún momento, fueron niños inocentes? Que sentido hay para que estos existan y mas aún, que frecuentemente sean premiados durante su misma existencia? No encontré la respuesta y seguramente tampoco nadie nunca la encontrará.

Anhelo que el destino que tanto te quitó, te recompense con creces, ya que lo mereces al ser hoy, una niña-mujer tan valiente. También  que a pesar de lo ocurrido, teniendo la vida tantas cosas tan hermosas, espero que las percibas y vivas cada instante de las mismas, con intensidad absoluta. Desde lo mas profundo de mi ser, juntamente con mi esposa, te hacemos llegar un fuerte abrazo a través del tiempo y la distancia, a vos y a todos tus seres queridos.

 

Claudio  

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