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CARTA ABIERTA AL DOCTOR GUILLERMO JESÚS FANEGO

Por

Claudio A. Kussman

 

Doctor Guillermo Jesús Fanego:

 

Mi agradecimiento y el de mi familia a su veraz carta de lectores de la fecha. En ella con gran valentía resume una cruel realidad admitida y cobijada hipócritamente desde el mismo poder. Ya no se puede seguir culpando a los delincuentes del gobierno del “vamos por todo” que realmente cumplieron llevándose todo. Por supuesto, ante la indiferencia y el silencio de todos los que luego “se sorprendieron” viendo algunos pocos kilos de dólares de los muchísimos que se robaron. Estos fueron secuestrados solo por una alerta de un vecino que cumplió cívicamente llamando a la policía y a estos que, como muchos otros uniformados, actuaron honestamente a pesar de lo que diga la señora gobernadora VIDAL, cuando habla de su policía. Es decir que no hubo una intervención previa del poder judicial o de los servicios de inteligencia, todos muy numerosos y muy caros. Solo fue el azar.

 

TODOS SIMULAMOS

 

Yo destaco sobre estos juicios simulados, que pese a que duela los mismos se pudieron y pueden llevar a cabo porque hay tres partes que simulan y una que consiente mansamente y que también simula. Los simuladores son los jueces y los fiscales, pero también los defensores, cuando dan falsas expectativas a nosotros los imputados, a sabiendas que no se puede tener éxito ante tanta ilegalidad jurídica y judicial. Nosotros los prisioneros, con nuestra mansedumbre extrema y desunión sin par, también somos cómplices de todo este siniestro armado a la vista de todos y todas.

 

COPIAR Y PEGAR

 

Así yo veo como una y otra vez se “copian y pegan” escritos que ya fracasaron en otras defensas. Ante ello, ¿cómo puedo pensar tan absurdamente que ese escrito conmigo tendrá éxito? En mi caso desde hace menos de dos años, pasaron 8 o 9 diferentes jueces subrogantes que no tienen ni quieren tener la más remota idea de las falsedades del mismo. La excepción pudo haber sido el doctor RAMOS PADILLA, pero como todos sabemos este es simplemente un ferviente militante. Todos pisotearon sin pudor todo principio de legalidad y esquivaron el bulto y la responsabilidad de sus muy altos cargos y sueldos.

 

JUECES MUY VALIENTES

 

Si les debo reconocer en todos, una valentía sin par, que yo por supuesto estoy muy lejos de tener. ¿Acaso no hay que ser muy, pero muy valiente para prevaricar y privar ilegalmente de la libertad a seres humanos, hasta que estos mueren, firmando al pie de falacias muchas veces documentadas?

 

YO ME PREGUNTO

 

Periódicamente me imagino a estos funcionarios de un poder tan “independiente” como pregonan desde el ejecutivo, echando una mirada al florido diploma con su nombramiento, que seguramente galardona alguna de las paredes de su cómodo despacho. De inmediato, no dejo de preguntarme: ¿Qué sentirán cuando se ven reflejados en el espejo o miran a los ojos de sus hijos cuando les brindan afecto y amor? Debo reconocer que hoy no encuentro la respuesta y que seguramente y lamentablemente ya no la encontraré. Por estar en el ocaso de mi vida, carezco de tiempo para ello.

 

“Cuatro características corresponden al juez: Escuchar cortésmente, responder sabiamente, ponderar prudentemente y decidir imparcialmente”.

Sócrates (470 AC-399 AC)

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