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LAS CONSECUENCIAS DEL PLAN DE EXTERMINIO “MONTONERISTA”

 

Cuando escribo estas líneas; cumplo mi condena de prisión perpetua, a “morir en la cárcel” a pesar de mis 84 años.

  Mi juicio fue artísticamente inventado. Mi testigo única prueba; de gran imaginación ayudada por la preocupación militante de fiscales federales, que le dieron elementos que sirvieran para imputarme cosas que no hice. A la vez, se creó un cuadro que limitara mi defensa, como utilizar un crimen ocurrido a 2000 kilómetros de mi “hábitat”, que obviamente nunca conocí; procesándome a 1800 Km evitando con ello, que tuviera acceso al expediente; eso sí, debiendo viajar cuando me citaban a “mi costa” con la extorsión que si no lo hacía me declararían en “rebeldía”.  Me tuvieron preso 3 veces por el mismo proceso. Dos, fueron tan arbitrarias, que por mis apelaciones recuperé mi libertad.

 Debo destacar, que mi proceso y condena fue admirablemente rápido. Me imputaron en 2011, y pasando todas las instancias la Corte Suprema de justicia, ratificó todo lo hecho, en el 2015. ¿Quién puede decir que la Justicia no actúa diligentemente?

  Eso sí, ignoraron las diligencia investigativas que solicité para constatar dichos fundamentales de la testigo, como si realmente estuvo donde dijo estar, y si lo hizo por la causa que dijo, y si yo fui a quien dijo ver (no hubo reconocimiento, salvo que me parecía a Ives Montand), o sobre quien tenía obligación de saber si yo estuve donde dijo.

Claro, las 2 primeras veces que estuve en la cárcel, fui convencido que era una excepción. Lo que los delincuentes llaman “un garrón”. Pero grande fue mi sorpresa, al encontrar presos, que tenían historias diferentes pero con un fin similar: comerse un “garrón”

Me ha parecido interesante narrar algunos de ellos:

 

NO ESTUVIERON EN EL LUGAR DONDE SE “SUPUSO” SUCEDIERON LOS HECHOS

En 1976, dos jóvenes policías (AR y CM) de la Provincia de Buenos Aires, estaban destinados en el Cuerpo de Infantería de La Plata. Pero uno estaba en comisión en la custodia del Presidente de la Corte Suprema de justicia y el otro estaba cursando la Escuela Superior de Policía. Es decir que solo iban a su destino para cobrar el sueldo. Sin embargo son imputados por hechos que se “se cometieron en el “Cuerpo de Infantería” donde no estaban. Ambos, al revés mío, se encuentran esperando el fallo de primera instancia, desde hace algo más de 2 años. Para peor, uno tiene 5 stern y el otro espera una operación que no puede realizar dado que se exige una convalecencia que la cárcel no está en condiciones de realizar, y además, son diabéticos.

 

NO QUISO Y LO HICIERON INTENDENTE “INTERINO”. LO “SUPUSIERON” ASESINO.

Un Coronel (C) ingeniero militar, de 85 años, fue jefe de un batallón de arsenales, ajeno a la lucha contra el terrorismo, por un día, fue designado intendente “interino” de la localidad. Permaneció 3 meses. La intendencia no intervenía en la lucha contra la subversión. Para ello estaba el Jefe de Área y la unidad de combate respectiva. Fue condenado a 8 años. La Corte Suprema lo ha ratificado. Si vive, podrá salir en libertad dentro de 6 años, pero eso sí, con el oprobio de ser considerado un criminal.

 

UN JEFE DE ÁREA, SE LO “SUPUSO” EN OTRA ÁREA

Un coronel de comunicaciones, imputado de una desaparición por ser el Jefe de Área. Pero hay una dificultad, él nunca fue jefe de esa área y revistaba en otro destino.

 

SE PREPARABA PARA SER AGREGADO MILITAR EN CANADÁ. ESTUVO EN EL ESCRITORIO EQUIVOCADO.

Un coronel (WR); debía prepararse para hacerse cargo de la Agregaduría Militar de Canadá. En esa época, debía hacer estudios de preparación, incluso su familia. Fue destinado a la Jefatura II Inteligencia del EMGE, para figurar en un lado, y para disponer un escritorio para estudiar. El Jefe II, lo llamó y le dijo que no había lugar, y dada su necesidad, habló con el B. Icia 601, para que le asignen uno y un escritorio para hacer sus estudios. Así se hizo, y permaneció unos meses preparándose. En la época Kichnerista, se imputan diversos delitos “de lesa” a integrantes del B. Icia 601. El coronel resulta condenado, por el juez, que él debía conocer esos hechos por su jerarquía. Por lo tanto, el coronel por usar un escritorio para estudiar, fuera de la estructura del batallón, hoy y desde hace 7 años se encuentra en “prisión domiciliaria”, condenado a 15 años ratificado por la Corte Suprema de Justicia.

 

EL MÉDICO DE GUARDIA QUE NO ADIVINÓ LO QUE LE PASARÍA A SU PACIENTE

Un médico civil (J), prestaba servicio como “médico de guardia” en un penal del Servicio Penitenciario provincial (Bs. As.). Al hacerse cargo de una guardia, le notifican de un paciente se encuentra con problemas intestinales desde el día anterior y está en un pabellón de castigo. Lo visita, lo ausculta y lo medica. Al otro día entrega su guardia y se retira del penal. Cuatro días después, vuelve a tomar su guardia, y nota la ausencia del preso. Le informan que se agravó y fue llevado a un hospital. Nunca más tuvo relación con él. El régimen kichnerista lo procesa, dado que el preso luego de su guardia, había sido víctima de una golpiza que originó su internación en el hospital, y murió como consecuencia de la misma 3 meses después. Hoy, está en prisión desde hace más de 3 años, con prohibición de ejercer su actividad profesional. Una vida destruida, una familia desesperanzada, y un sobresaliente cirujano gastroenterólogo que no sabe de qué vivirá cuando logre, si lo logra, su libertad.

 

UN JEFE DE ÁREA, SIN DEPENDIENTES “SUPUESTAMENTE” CRIMINALES

Un coronel,(F) a cargo de un comando de artillería en San Luis, recién creado. Por ser el más antiguo de la región, lo nombran Jefe de Área. Pero las dos unidades existentes, siguen vinculadas a su antiguo superior, el general Menéndez, comandante de cuerpo de Ejército, así como la policía provincial. Tiene dos procesos. Condenado en uno a prisión perpetua por hechos que desconoció, y no participó. Estuvo en prisión y en el 2015 obtuvo la prisión domiciliaria, por tener 89 años y estar enfermo él y la esposa. Sigue en esa situación.

 

UN JEFE DE GRUPO DE SOLDADOS, LA JUSTICIA LO HIZO

Para no hacer más larga esta exposición, tome lo expuesto a modo de ejemplificación de casos, que han ayudado a poblar las cárceles de presos que en realidad, al margen de la ilegalidad inexorable de las causas que los fundamentan, y empleando el concepto de considerar pruebas las “suposiciones”, constituyen “ciudadanos argentinos” sometidos a la decisión política de condenarlos a prisión por delitos que no cometieron, con oprobio, y privación de su libertad, al haber prestado servicios en un momento en que la convención de Ginebra califica de “conflicto armado no internacional” para el común “guerra civil”.

Es lamentable haber vivido las consecuencias de la ineptitud de una dirigencia política, que exceptuando el Dr. Alfonsín, no supo aplicar a tiempo la ley.

Luego, cuando los tiempos legales habían cesado, mediante el desconocimiento de las normas del Derecho, buscar la sanción a los que en esa situación, cometieron delitos atentorios de los derechos humanos. De este modo, igualando a la dictadura, utilizar los “remedios” de ésta, engañando a la población argumentando que se aplicaba el Derecho.

Esto los transformó en “vengadores” de los grupos terroristas, transformando la Justicia en un instrumento más para saciar sus aspiraciones y destruir la capacidad de respuesta de las FFAA y de seguridad ante la repetición de situaciones semejantes.

Por este motivo, no buscaron culpables, sino integrantes de las Fuerzas, por el hecho de haberlo sido.

La inseguridad hoy existente, ¿No será alimentada, entre otras cosas, por la situación de estos presos que hace que quienes hoy deben defender a la ciudadanía, teman intervenir ante el peligro que corre su carrera, su honra y su libertad?

 

 

CARLOS ANTONIO ESPAÑADERO

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