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"Testigos"

ASÍ SE PUEDE INICIAR EL  “ARMARDO” DE UNA CAUSA PENAL

 

PRIMER NOTICIA

“Nos juramos nunca hablar de eso”

Publicado el 07/06/2013 por efemedelacalle

 

Radio Mega de Punta Alta difundió en su página web una entrevista a un

trabajador que testimonió sobre el accionar militar durante la dictadura

en el cementerio de Punta Alta donde ayer fueron hallados restos humanos

que podrían pertenecer a personas detenidas desaparecidas.

“Un día de las tantas veces que entraban con jeeps y camionetas, uno de

nosotros fue hasta la entrada del cementerio por calle Colón, para ver si

se habían ido. Cuando estuvimos seguros fuimos unos cuantos al lugar

donde se quedaban, porque como nos alejaban no veíamos qué hacían”,

afirmó José Palacios.

Agregó que “al llegar al lugar nos dimos cuenta que habían removido tierra,

como eran médanos no era difícil darse cuenta de que algo había pasado.

Se notaban una especie de fosas, lo que nos generó más que miedo, terror.

Nos juramos nunca hablar de eso, fue un pacto de silencio”.

Palacios se desempeña como albañil en la dependencia municipal rosaleña

desde 1969 y declaró ante la justicia haber visto “como entraban al

cementerio los militares entre los años 1976 y 1977. El lugar, por entonces,

se transformó en una zona militar”.

“Cuando entraban al cementerio, a los que estábamos, nos encañonaban

con fusiles. Nos retiraban del lugar a unos cien metros y entraban unos militares con las caras tapadas, ellos veían nuestras caras, pero nosotros no la de ellos”, dijo a Radio Mega.

“Nosotros mirábamos de lejos, y si nos movíamos se escuchaba cuando cargaban sus armas, eso daba miedo. En ese momento un suboficial estaba a cargo del cementerio”, continuó y agregó que
“los que nos apuntaban eran los infantes, nos retiraban a cien metros a nosotros y a los empleados municipales que estaban en el lugar. Actuaban en la zona donde encontraron los cuerpos, que por aquellos años era un baldío. En ese lugar permanecían un largo rato”, prosiguió el relato.

La nota firmada por Quique Gomez Lepez completa el testimonio:

“Un día de las tantas veces que entraban con jeeps y camionetas, uno de nosotros fue hasta la entrada del cementerio por calle Colón, para ver si se habían ido. Cuando estuvimos seguros fuimos unos cuantos al lugar donde se quedaban, porque como nos alejaban no veíamos qué hacían”, afirma Palacios.

Pero el relato del horror siguió: “Al llegar al lugar nos dimos cuenta que habían removido tierra, como eran médanos no era difícil darse cuenta de que algo había pasado. Se notaban una especie de fosas, lo que nos generó más que miedo, terror. Nos juramos nunca hablar de eso, fue un pacto de silencio”.

Indicó que hace poco tiempo, cuando tomó conocimiento que la porción de tierra en cuestión había sido comprada, le dijo a un conocido: “en ese lugar hay muertos”. Le dijeron que era imposible, pero dice: “yo sé lo que vimos, lo que hacían cuando venían, fueron unas 30 veces en dos años, entre 1976 y 1977″.

Palacios dice que no puede asegurar si los cuerpos que tiraban los militares eran de personas vivas o muertas.

“Después de más de 30 años, la historia me cierra, siempre había mucha gente, pero era todo cerrado. Inclusive fui testigo de velatorios a cajón cerrado, donde decían que los cajones no tenían cuerpos sino piedras. Los militares custodiaban los velatorios, y no dejaban que ni siquiera las familias se acercaran”, expuso.

El testigo de los entierros de la dictadura militar en el cementerio, sostiene que “eso nunca se me fue de la cabeza, los julepes (sic) que nos pegábamos eran terribles. Es imposible olvidar todo eso”.

Palacios aclaró que “todo lo que cuento no me lo dijo nadie, lo vi, lo viví. Y lo cuento porque mi vida ya pasó, pero es hora que todos sepan lo que pasaba en el cementerio. Ya no tengo miedo, sólo me gustaría que el que me apuntaba volviera a pararse frente a mí, hoy la situación sería otra”.

El relato del horror en vivo, el de un albañil que a 100 metros observaba junto a otros testigos, el accionar de los militares del proceso. “Son unos 60 metros de fosas, si buscan van a encontrar más de lo que piensan. Por mi parte ya dejé de temer, ya conté lo que vi y callé durante 37 años”.

 

SEGUNDA NOTICIA

13 DE JUNIO, 2013

 

Si bien la Justicia no descarta ninguna hipótesis, las características de los restos encontrados en el cementerio de Punta Alta no coincidirían con cuerpos de desaparecidos durante la dictadura militar en los años 70.

La apreciación surge luego que el Equipo Argentino de Antropología Forense

realizara un relevamiento en el mismo lugar donde tres albañiles hallaron restos

óseos mientras construían nichos familiares en el área3 de la necrópolis, la semana

pasada.

Patricia Bernardi, integrante del Equipo dijo que “se constató que se trató de

una persona adulta y sin lesión”. Sobre los restos óseos adelantó que

“continuarán con los estudios de laboratorio” y que por el momento “no se

puede decir si son de 10, 20 o 30 años” de antigüedad.

Explicó que los cuerpos presentaban mortaja y partes de vestimenta y

estaban ubicados en “fosas individuales sin alteración, desde el punto de

vista arqueológico”. Agregó que los huesos se encontraban en el interior

de restos ataúdes “en malas condiciones debido a la mala preservación”.

Un “primer perfil biológico” se logrará a partir de los análisis que se realizarán

en las oficinas de la Administración del cementerio. La especialista adelantó que “con los huesos solamente no se puede datar su antigüedad, sí a través de elementos asociados al mismo como ropa o un proyectil. En este caso no contamos con elementos que nos puedan dar ese diagnóstico”.

 

Fuente: Punta Noticias

 

EN ESTE CASO LA CIENCIA ESTUVO AL SERVICIO DE LA VERDAD. TAMBIEN AYUDÓ EL HECHO DE QUE EL “TESTIGO”  MENCIONÓ A LA MARINA, NO A PERSONAS. “INFIRIENDO” COMO HACE LA “JUSTICIA”, ES DABLE PENSAR QUE TENIENDOSE EL INMENSO MAR Y NAVES A DISPOSICIÓN, MUY POCO SENTIDO TIENE CAVAR FOSAS A LA VISTA Y AL ALCANCE DE LA GENTE, COMO DICE “EL TESTIGO” JOSÉ PALACIOS.   

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